Mi experiencia con Vanilla y qué espero de World of Warcraft: Classic

De vuelta de mi viaje a Los Ángeles, donde pude disfrutar de mis maravillosas vacaciones, presencié  junto al resto de la comunidad reunida en Blizzcon el anuncio de World of Warcraft: Classic mediante un vídeo con Chromie dando marcha atrás por medio de las cinemáticas.

Cuando estaba allí, con la euforia del momento y gritando cual niño al que le devolvían el juguete que cambió su vida, me parecía genial poder volver al inicio del universo, donde solo con la creación del personaje ya fue una maravilla.

Aún recuerdo la noche del 11 de Febrero de 2005. La pantalla de login del juego, la creación de mi humano paladín llamado como mi cuenta de Warcraft 3. Tras un poco de personalización y pulsar el botón

[Enter World]

me vi sumergido en una cinemática, donde la cámara paseaba hacia la zona inicial de los humanos mientras me contaba un poco de su historia. Una vez acabado el vídeo me deje cautivar por la banda sonora (se me puso la piel de gallina), sin poder tocar el teclado, me puse a examinar todo lo que podía ver por la pantalla. Ese campo verde y arboles enormes lleno de lobos y kobolds a la lejanía, ese guarda a la derecha y vendedores a la izquierda. Estaba en el mundo, en el que había vivido historias increíbles manejando a multitud de héroes en campañas, y ahora yo formaba parte de el. Parte del Mundo de Warcraft.

En mi camino hacia el nivel 60 fue largo, muy largo. Cuando aun era nivel 32 ya había gente nivel 60, la suficiente como para hacer un evento que marcó mi vida, y la de los amigos que tenia en casa viéndome jugar. El primer asalto a una ciudad de la Horda, Undercity. Después de mucho, MUCHÍSIMO, andar desde Ironforge hasta Tirisfal Glades, unas 200 personas estábamos listas para iniciar el asalto a la ciudad. Mi yo de 15 años temblaba, entusiasmado y eufórico, se lanza al ataque junto a todo el batallón y en cuanto empecé a pegarme con la primera abominación… ¡Desapareció toda mi interfaz!

Gritando como un loco: ¡DIOS MÍO, CUANDO ATACAS UNA CIUDAD ENEMIGA TE QUITAN LAS HABILIDADES! ¡MENOS MAL QUE SÉ DONDE TENGO LAS HABILIDADES EN EL TECLADO!

Esta era la magia de alguien inexperto (Simplemente había ocultado la interfaz sin querer pulsando Alt + Z ). Con esta experiencia, mis amigos mas cercanos, quienes estaban viéndome jugar aquel día, acabaron uniéndose al juego también. Dejé mi paladín atrás, y me creé un Gnomo Mago para jugar con ellos.

A los pocos meses añadieron el sistema de Honor, en el que cuando eliminabas a alguien de la facción contraria ibas acumulando muertes. En esa época no existían los Battlegrounds, así que empezó la guerra de Southshore vs Tarren Mill. Siendo este uno de los mayores acontecimientos de World PVP que recuerdo. En un tira y afloja continuo, donde veías 2 frentes haciéndose retroceder o avanzar dependiendo de la cercanía del cementerio de la facción. Te podías tirar horas y horas y aquello no acababa nunca.

Más tarde llegó la primera Battleground: Warsong Gulch. Teniendo que viajar hasta Ashenvale para poder apuntarte a la cola, y planificando estrategias con el resto de gente que esperaba. Mi mejor recuerdo en esta BG fue cuando pillé por sorpresa a 6 enemigos rivales, y empece a pulsar el botón de Arcane Explosion una y otra vez, consiguiendo eliminar a todos los enemigos a mi alcance.

El sistema de honor limitaba el número de gente que podía acceder a ciertos rangos y si no recuerdo mal, para poder comprar los objetos de X rango, tenía que ser mientras estuvieras en el o uno superior, pero si la semana siguiente bajabas, no podías comprar lo que hubiera por encima del nuevo rango, aunque hubieras llegado a él anteriormente.

Dejando atrás el mundo del PVP, continuemos con el leveling y el PVE. Y es que a nivel 40 llegaba el momento mas esperado, tu primera MONTURA. Y es que costaba 80 oros, o hacer misiones si eras Paladín o Brujo. Aquellos malditos 80 oros que costaba sudor y sangre conseguir. Pero cuando llegaba el momento casi todos hacíamos lo mismo. Farmear los maravillosos pelos de Gorila, «Coarse Gorilla Hair», que se vendían a 6 de plata y 8 cobres y tenias entre un 20 y un 50% de posibilidades de que cayesen.  Stranglehorn Vale era el lugar ideal, como podemos ver en esta antigua data base.

Yo era realmente lento subiendo de nivel, y es que me tire 30 días y 6 horas jugados para alcanzar el nivel 60, (que fue exactamente en la segunda patrulla de la cruzada escarlata, camino a Balnazzar en Stratholme. Pero antes de archivar el logro, antes fuí a mi primera Raid a nivel 58, Molten Core, soltando el primer Molten Giant de la entrada el bastón épico de daño con hechizos de fuego y de hielo [Elemental Mage Staff] , con su 0.025% de Drop. Con un poquito de pena, y siendo válido para equipar desde nivel 56, conseguí que me lo dieran, empezando allí mi poderío sobre el DPS.

World of Warcraft: Classic

Una vez en nivel 60 y ya mas puesto en serio en la Raid, acabe convirtiéndome  en el Class Leader de los Magos de la Guild. Llevando en papel todos los datos de los magos, sus profesiones, sus piezas de Tier, sus talentos, me aplicaba mas en el avance del juego que en los estudios del instituto (que no me fue nada mal). Con una guild de casi 110 personas activas, 40 eramos los destinados a avanzar cada noche a través de Molten Core eliminando a sus jefes u Onixya’s Lair (Aun recuerdo la explicación de 2 horas y 20 minutos la primera vez que estábamos frente a ella). Aquí podéis tener un vídeo de la época, rescatado de un CD que nos dio un compañero de la hermandad:

World of Warcraft: Classic

Con la salida de Zul’Gurub, las tardes consistían en irse a esa banda de 20 personas, y por la noche reagruparse para seguir avanzando en Blackwing Lair (mi raid favorita), los días que sobraban consistían en PVP (Alterac Valley duraba DÍAS, hasta que inicie la estrategia de un pequeño grupo de la hermandad y un brujo, colándonos hasta el final, y empezar a summonear a toda la banda) (Esto posiblemente se le atribuirá mucha gente, pero puedo asegurar y mis antiguos camaradas pueden corroborarlo, que en Spinebreaker lo comenzamos nosotros).

World of Warcraft: Classic

Seguimos avanzando en el tiempo, añadieron mas World Boss (Los 4 dragones de Emerald Nightmare, quienes podían soltar equipamiento de resistencia a la naturaleza, necesario para las bandas de Ahn’Qiraj, donde nos juntábamos varias hermandades y repartíamos semanalmente el botín de estos para que todas las hermandades pudieran avanzar).

 

World of Warcraft: Classic

Otro grandioso momento clave fue cuando añadieron Ahn’Qiraj. Donde todo el server teníamos que colaborar para poder abrir las nuevas raids. Y es que había que donar miles de materiales de muchos tipos. Tardando semanas, (incluso mas de 1 mes me atrevería a decir), pero la experiencia fue increíble, y el momento de la apertura de puertas un sufrimiento, pues estaba el 99% del servidor en Silithus y el servidor no aguantaba más.

 

World of Warcraft: Classic

Las raids de Ahn’Qiraj me maravillaban, pero lo que se llevo el plato fuerte de mi amor, fue el parche de Shadow of the Necropolis. Con las invasiones de cultistas y undead por Azeroth, ayudando a la facción Argent Dawn a combatirlos. Eliminando a ciertos jefes, podían soltarte un equipos que aumentaba considerablemente tu poder contra Undead. Ademas, con  Naxxramas , no podía dejar de alucinar como un niño pequeño, ya que en Warcraft 3 manejaba su raza y pase horas y horas entre sus filas.

Sin duda, me quedan muchísimos recuerdos aún que no he contado sobre mi experiencia en Vanilla. Así que ahora me asaltan dudas sobre World of Warcraft: Classic.

¿Será una experiencia 1:1 con respecto al progreso de Vanilla? ¿Conseguirá la gente formar grupos de gente TAN GRANDES como eran necesarios en la época? (Ya cuesta agrupar 20-25 personas, imagínate 70-110 full raider y turnando debido a las necesidades de los bosses de las raid) ¿Está realmente lista la gente para poder darle TANTAS HORAS que necesitaba el juego?

Yo por suerte pude vivir esa experiencia de primera mano, y la gente que no lo hizo, pero lo desea debería concienciarse de lo que era el juego por aquel entonces.

Aún así, si es una experiencia 1:1, yo si volvería a darle lo que el tiempo me permitiera, pero si  realizan cambios ya me echaría para atrás.

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