Bienvenidos a la segunda entrega de la mejor recopilación que encontraréis en Internet sobre los mitos y leyendas que alberga la famosísima saga Pokémon. Para quienes os acabéis de incorporar a estos post, aquí os dejo la primera parte, que también incluye varias leyendas pokémon cargaditas de morbo y curiosidades sobre nuestros amigos pokémon.
Como os venía diciendo en la primera entrega, he investigado en vídeos, post, blogs, etc. y he preguntado a amigos y conocidos para recopilar la mayor cantidad de información posible sobre estas teorías y leyendas conspiranoicas. Aquí tenéis el resultado de mi incansable búsqueda: ¡disfrutad!
El Kangaskhan huérfano
Desde la creación de la primera generación, la historia de Cubone y todo lo relacionado con su huesuda cabeza ha estado siempre envuelto de misterio y dudas. En principio, la historia relatada en el juego es que el pobre pokémon perdió a su madre, Marowak, la cual quedó para siempre atrapada en la Torre Pokémon de Pueblo Lavanda. El espíritu, desde entonces, habría siempre de divagar por la Torre como un fantasma. Y Cubone, por su parte, llevaría desde ese momento el cráneo de su madre en la cabeza para protegerse.
Sin embargo, hay muchas teorías en Internet sobre la posible relación entre los Kangaskhan y los Cubone.
Una de ellas es que, en un principio, Marowak debía evolucionar en Kangaskhan. De esta manera, la línea evolutiva sería la siguiente:
Cubone>Marowak>Kangaskhan
De esta manera, si la mamá Kangaskhan se moría, el bebé cogería sus huesos para protegerse (la cabeza y el fémur), convirtiéndose así en Cubone. Lo siguiente era que, a partir del nivel 28 podía evolucionar en Marowak y éste, a su vez, en un Kangaskhan adulto.
Sin embargo, por motivos desconocidos, finalmente se decidió que el Pokémon canguro no tendría ni evoluciones ni preevoluciones. Esto, parece ser, dio lugar a errores en el juego, que ya estaba a mitad de desarrollo. Y aquí es dónde llega la guinda del pastel: de estos errores surgió un vacío en la memoria, del cual nacería… tatatacháaan:
¡MissingNo!
Este Pokémon, que podía ser capturado en la Zona Safari haciendo uso de glitches del juego, si conseguíamos que no nos petara la partida, evolucionaba a Kangaskhan.
Esto último, como poco, confirma un poco más nuestra teoría sobre Cubone, Marowak y Kangaskhan.
Ditto y Mew
Mew es, según cuenta la leyenda, uno de los pokémon que conoció el origen del mundo. Y es que, cuenta con el ADN de todos los pokémon existentes (salvo el de Arceus). Y, a raíz de esto, es capaz de adaptar la forma física de cualquier pokémon existente (insistimos, salvo en Arceus).
Es éste uno de los motivos en los que radica la obsesión científica de clonar a Mew y así poder aprovechar sus dotes o poderes. Trofeos de estos experimentos surgieron tanto Mewtwo, como Mewthree.
Sin embargo, nada se consigue a la primera, ¿verdad? Pues aquí es donde entra en juego Ditto. El mito cuenta que Ditto surgió a raíz de estos experimentos y que, lejos de ser un éxito, fue uno de los errores en la clonación de Mew. Esto explicaría por qué tienen el mismo peso, el mismo color y, sobre todo, que compartan la misma habilidad de transformarse en cualquier otro pokémon.
Pueblo Lavanda
Ésta es, sin duda una de las historias más macabras del universo Pokémon (por si no fuera poco que Cubone llevara en su cabeza el cráneo de su madre, ¿eh?).
La leyenda comienza situándonos en el Pueblo Lavanda y, más concretamente, con su melodía. Según el mito, la música que sonaba cuando recorrían el pueblo los jugadores de las primeras ediciones del juego era tan depresiva que llegó a provocar varios suicidios en Japón, sobre todo entre el público juvenil.
En concreto, se habló del suicidio de hasta 105 niños que había probado las primeras ediciones del cartucho Pokémon original Red/Green. Como es natural, al acumularse las muertes la policía tomó cartas en el asunto y decidieron indagar los motivos de estos jóvenes. Durante la investigación, tres de los policías envueltos en el caso también provocaron su muerte por haber escuchado aquella terrorífica música durante horas.
Game Freak, asustrados por el efecto provocado por sus recién lanzados títulos, los retiró del mercado y modificó la melodía por la que conocemos hoy en día.
Varios años después salieron dos nuevos juegos de Pokémon al mercado: Pokémon Perla y Pokémon Diamante. En estos, se podía capturar a Spiritomb, de tipo Fantasma/Siniestro. Un tipo propio de los pokémon de Pueblo Lavanda, ¿no? Esto no tendría ninguna importancia de no ser por lo que la Pokédex nos cuenta sobre Spiritomb:
«Se formó a partir de 108 espíritus. Está unido a la fisura de una piedra angular mística»
108 fueron, precisamente, las víctimas totales de la tétrica música de Pueblo Lavanda. ¿Coincidencia? Lo dudamos mucho… Lo que no sabemos es si ésto tenía la intención de ser un guiño o un homenaje.
Islas Fallo
Una cosa muy común en el mundo de los videojuegos son los bugs: errores del juego que hacen que éste no funcione como es debido. Y, como no podía ser de otra manera, Pokémon no iba a ser menos. En estos títulos en concreto, los bugs han sido más que un problema, una bendición, ya que han dado lugar a miles de leyendas. Una de las más famosas es, sin duda, la de las Islas Fallo.
Cuenta la leyenda que éstas islas están corruptas por el poder de Mew, y que si conseguimos llegar lo suficientemente lejos explorando este lugar, podremos encontrar a este buscado pokémon. ¿La verdad detrás de todo esto? Estas islas, ni tienen nada que ver con Mew, ni tienen nada que ver con una leyenda. Se crearon a partir de la aglomeración de datos de programación del juego que sobraban, de ahí que en éste lugar haya casas, agua, o paredes sin terminar. Esta zona no está pensada para que acceda el jugador, por lo que al entrar es posible que el juego se quede pillado, e incluso que se borren la partida, cuando el juego es incapaz de leer más datos.
Si os puede la curiosidad de visitar estas islas y estáis dispuestos a correr el riesgo, se accede a través de la Zona Safari (una vez entremos, es importante guardar la partida y reiniciar la consola), eso sí: no olvidéis llevar un pokémon que conozca Vuelo, pues es la única forma de salir de este lugar una vez entremos.
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- 17 noviembre, 2017