Ahora sí. La realidad virtual ya está aquí. El casco de realidad virtual –RV–, Oculus Rift, vuelve a traer al foro público una tecnología que no es nueva. Al menos en la imaginería tradicional pop. ¿Quién de los presentes no recuerda el boom de la RV en los 90 con títulos como Desafío Total, donde se introducía la posibilidad de vivir vacaciones virtuales generadas por ordenador?
La necesidad de perdernos en universos virtuales donde poder vivir otra vida ha existido siempre. Tanto como válvula de escape ideal o como advertencia ciberpunk, con Matrix como exponente, donde el universo recreado es una suerte de cárcel para la mente. Y ha habido muchos intentos de acercar el producto al gran público como la denostada Virtual Boy de Nintendo y otros precursores. ¿Qué ha pasado hoy para que la realidad virtual se convierta en la gran esperanza de la tecnología?
Dos grandes factores: el mundo del videojuego y el avance tecnológico por un lado y las redes sociales y su masificación, por otro. Es muy sintomático el hecho de que Oculus Rift surgiese de un proyecto posteriormente adquirido en 2014 por Facebook. Se puede admitir sin riesgo que el mundo del videojuego es la razón de ser y el objetivo principal tanto de Oculus como de HTC Vive, aunque la RV tiene múltiples e importantísimas aplicaciones en otros sectores como los viajes, la arquitectura y la medicina.
Pero seamos sinceros, lo que ha permitido que tengamos hoy tanto Oculus como HTC Vive es el mundo del videojuego. La industria número uno mundial en facturación en el sector del ocio ha propiciado el avance tecnológico para que la RV supere uno de sus mayores handicaps históricos: la asunción de realidad, un fenómeno que se ejemplifica en el hiperrealismo gráfico.
Cuanto más se acerca a la realidad, más percibimos los posibles fallos en unos personajes maravillosamente recreados pero que, precisamente por pretender ser reales, no nos transmiten humanidad real. Para llevar la RV al siguiente nivel, tecnologías actuales como GeForce GTX son vitales de cara a liberar la creatividad de los desarrolladores. Los niveles de procesamiento y tecnología gráfica de hoy permiten que el usuario sea capaz de sumergirse en la experiencia de un mundo virtual.
La RV será la nueva plaza del pueblo que ya habían sustituido las redes sociales. La interacción entre personas será sin duda uno de los motores que masifique la RV. Porque, mejor que visitar la página de Facebook de nuestros primos lejanos o ex compañeros, ¿Quién se va a resistir a auténticos encuentros en espacios virtuales públicos? Con asunción de realidad, claro.
Juan Manuel Castillo
Brand Manager de NVIDIA Iberia
Fuente: EL MUNDO / AÑO XXVI / MARTES 5 DE ABRIL DE 2016
