Análisis de Prey

Como bien recordaréis, hace unas semanas os trajimos el análisis de Mass Effect Andromeda a nuestra página web, y al parecer, la temática espacial está a la orden del día, porque hoy, volvemos a embarcarnos en una nueva aventura espacial. Esta vez se trata de Prey, un juego de acción en primera persona y ciencia ficción espacial que llegó a las tiendas el pasado 5 de mayo para PlayStation 4, Xbox One y PC. A los mandos del desarrollo se encuentra Arkane Studios y de su producción un gigante de los videojuegos como es Bethesda… Así que vamos a ir desmenuzando sus características una por una, y esperemos que estéis preparados para el viaje… ¿Listos? Pues comenzamos.

Vamos por partes…

Si, sabemos lo que estáis pensando… Y es que con un primer vistazo, Prey puede parecer otro juego más en el espacio. Otro juego más de alienígenas y otro juego en el que nuestro cometido es salvar a toda la raza humana… Pero mucho cuidado, porque como bien sabemos todos, las apariencias engañan, y os diremos que sólo aquellos que hayan jugado al nuevo juego de Bethesda saben lo que tenemos entre manos, y conocen las particularidades de su encanto.

Para empezar, debéis saber que Prey no es un recién nacido en el mundo de los videojuegos, sino que durante muchos años ha sido un proyecto que se ha encontrado más tiempo en las profundidades que en el espacio. Y es que el primer intento de Prey, ya vio la luz el pasado año 2006, llegando a PC y Xbox 360 de la mano de Human Head Studios. Su historia, aunque basada también en alienígenas, poco tenía que ver con la versión de 2017, y el juego fue cayendo poco a poco en el olvido. En los sucesivos años, Prey comenzó un proceso de cambio invisible. Nos explicamos; Resulta que los creadores, intentaron desarrollar una secuela del juego original, que continuase las aventuras de sus anteriores protagonistas. Este desarrollo, se canceló hasta en cinco ocasiones, echando por tierra el trabajo de un juego que llegó a tener cinco versiones diferentes, y que nadie vio ni jugó nunca.

Por aquel entonces, cualquier persona daba por muerto a Prey… Un juego que intentó evolucionar y ser algo más, pero que simplemente tuvo su momento de gloria, (o eso creíamos). Pero los sueños a veces pueden convertirse en realidad, y esta era una de las espinitas clavadas de Bethesda. Este es un claro ejemplo de que con sacrificio, trabajo y esfuerzo se puede sacar cualquier cosa adelante. De esta forma, y 11 años después, Prey ha resurgido de sus cenizas para ofrecernos una renovada aventura espacial sin precedentes.

Bienvenidos a la Talos I

prey

Despertamos en nuestro apartamento en el futuro año 2032 y directamente pasamos a tomar el control de Morgan Yu, nuestro o nuestra protagonista, porque como podéis imaginar, podremos elegir su género. Vamos conociendo poco a poco el argumento en los primeros minutos de la historia, y descubrimos que somos científicos, además de ser parte de la tripulación de la Talos I, una estación espacial en la que se realizan una serie de pruebas y experimentos. Drásticamente, empezamos a darnos cuenta de que las cosas no van muy bien, y que la tripulación ya no solo está formada por seres humanos, sino que también tendremos que compartir la estación con alienígenas.

Esta raza alienígena es conocida como Tifón, y está compuesta por varios integrantes. Por ejemplo, los más abundantes son los Miméticos, los cuales tienen la aptitud para poder transformarse en diferentes objetos, y cuando estemos cerca de ellos… ¡PUM! Cambian de forma para asustarnos de manera imprevisible.

A continuación tenemos a los Fantasmas, unos alienígenas más poderosos que se crean a partir de restos muertos de los Miméticos. Estos fantasmas serán más difíciles de matar, por lo que requerirán una mayor estrategia para acabar con sus vidas. Otra de nuestras pesadillas a bordo de la Talos I serán los Tecnópatas, que serán unas criaturas capaces de manipular la maquinaria de la estación espacial, por lo que, tendremos que tener cuidado ya que son capaces de controlar las cámaras de seguridad o las torretas, entre otros dispositivos.

El juego tiene una finalidad muy concreta, y que pensamos que cumple con creces. Y es que se busca constantemente la sorpresa del jugador. Sin duda alguna, este factor es un claro protagonista en Prey, ya no solo por sus giros argumentales y de guion, sino también por lo inesperada que resulta su jugabilidad en ciertas ocasiones. Este sistema jugable está diseñado en primera persona y una voz en off nos va dando indicaciones continuamente mientras tenemos por delante una estación espacial (al parecer vacía), la cual podemos recorrer libremente… ¿Os suena de algo?¿Bioshock eres tú?

Videoanálisis

Viejos conocidos

Y es que, un detalle que nos ha gustado mucho de este Prey, es que tiene rasgos de otros títulos del mercado como Dishonored, System Shock, Bioshock o hasta incluso Minecraft. Digamos que Arkane Studios ha cogido lo mejor de cada casa y le ha dado un toque único para mezclarlo todo en esta aventura espacial.

Así, tendremos desde el principio la oportunidad de investigar la Talos I por nuestra cuenta, siempre teniendo en cuenta que los objetivos, ya sean principales o secundarios, estarán reflejados en la pantalla en todo momento. De esta forma, podremos afrontar el juego de la manera que nosotros creamos conveniente, ya que hay varias maneras de ejecutar las misiones, y varios caminos a través de los cuales llegar a los entornos de esta estación espacial.

Es por ello, por lo que os recomendamos jugar a este Prey con cierta tranquilidad, sopesando todas vuestras opciones, y disfrutando de cada uno de sus entornos, así como de sus misiones principales, secundarias, y hasta incluso de los objetos que encontraremos por el mapa, los cuales hacen que nos sumerjamos muchísimo más en su atmósfera, y nos permiten comprender en su totalidad el argumento.

Capaces de todo

A la hora de recoger objetos, e interactuar con el ambiente, tendremos ciertos recuerdos de Bioshock, los que hayáis jugado a él, pues el sistema es exactamente el mismo. Por no hablar de la voz en off que nos acompaña para no sentirnos “solos”, que pensamos es un añadido muy interesante a la par que misterioso, la cual nos incita a llegar al final del juego y descubrir qué ha ocurrido realmente en la Talos I.

Pero esto no es todo, porque encontramos muchos más rasgos que acercan a este Prey a la popular saga de 2K Games. Por ejemplo tenemos un sistema de habilidades que podemos ir mejorando conforme ganamos ciertos puntos cuando completamos misiones, acabamos con enemigos, o accedemos a ciertas zonas y habitaciones especiales. Así, el árbol de capacidades que presenta Prey se divide en tres grandes ramas: Ingeniería, científica y de seguridad. Cada una de estas categorías poseen unas habilidades únicas, las cuales tendremos que ir mejorando en función de nuestras necesidades.

Por otro lado, nuestro personaje tiene la capacidad de piratear ciertos dispositivos electrónicos que encontraremos en la Talos I para utilizarlos a nuestro favor, o para abrir y cerrar puertas. Incluso tenemos a nuestra disposición ciertos poderes llamados neuromods, que podremos desbloquear al avanzar en nuestra historia, como si de los míticos plásmidos de Bioshock se tratase, solo que en vez de inyectarse en vena, podremos instalarlos directamente en nuestras neuronas, y así poder atacar a los aliens amplificando todas nuestras habilidades.

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De otro planeta

Para profundizar más en estas características de los neuromods, os contaremos que los tendremos de dos tipos: Humanos y alienígenas. Los neuromods humanos permiten mejorar las aptitudes físicas de nuestro personaje como la velocidad, la energía, la resistencia al daño… Por otro lado, los alienígenas aportan ciertos poderes telequinéticos permitiendo a nuestro personaje cambiar de forma, controlar a otros seres, o hasta incluso lanzar rayos de energía a nuestros enemigos.

Y el apartado de habilidades es realmente completo y bien estructurado, pero no penséis que solo sobreviviremos a base de estas capacidades, sino que tendremos un arsenal de armas un tanto modesto, pero que brilla por su originalidad. Nuestro compañero principal en este sentido, será el Cañon Gloo, el cual funciona con una espuma que incapacita y congela a nuestros enemigos, además de permitirnos acceder a zonas de altura considerable. Incluso es un artilugio muy útil para apagar alguna zona en llamas o cerrar algún escape de gas.

Aparte de esto, tendremos una llave inglesa que será de gran utilidad para cuando nuestra munición esté bajo mínimos, una pistola con un silenciador incorporado, una escopeta, una ballesta que si bien no es que tenga un daño considerable, será útil para acceder a interruptores o atraer a ciertos enemigos hacia nuestra posición, y por último el Rayo Q, la cual pensamos que es la mejor arma del título. Y como no, también podremos valernos de ciertos accesorios como por ejemplo Cargas PEM o un señuelo para distraer a los alienígenas.

Y qué sería de Prey sin su grandísima ambientación cargada de personalidad. El entorno es totalmente maravilloso, recreando una estación espacial de lo más peculiar, con una decoración ligeramente clásica o retrofuturista, y que en ocasiones hace que se nos olvide que nos encontramos en el espacio. Aun así, la sensación de soledad está muy bien conseguida, sintiéndonos perdidos en algún punto de la galaxia.  La mayoría de elementos que encontramos repartidos por el escenario están relacionados, en mayor o menor medida, con el hilo argumental y si prestamos atención a los detalles la historia será un poco más jugosa.

La historia juega totalmente con nuestro juicio y en algunas ocasiones nos cuesta distinguir lo que es real y lo que no. Y es ahí donde Prey consigue que el jugador mantenga la atención en todo momento, sin dejar espacio al aburrimiento. Pero también debemos destacar que en algunas ocasiones cuesta saber cómo acceder a ciertos lugares de la Talos I, y esto hará que perdamos un poco de tiempo y el hilo de la historia se vea sutilmente alterado.

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La galaxia vista desde casa

El apartado visual es de lo más completo, y si bien no es de lo mejor que hemos podido ver, cumple con creces nuestras expectativas, ya no sólo por la óptima ambientación plagada de detalles, sino también por la estabilidad gráfica que ofrece. De esta forma, el motor gráfico CryEngine, se vale de sus mejores galas y consigue llevar a Prey a unos 60 fps muy estables en la versión de PC, sin prácticamente ningún tipo de problema.

La banda sonora que aliña el juego es variada y goza de muy buena calidad, pero en algunas ocasiones, las pistas saltan de manera aleatoria, creando situaciones un tanto erróneas, y no se corresponden con lo que está ocurriendo realmente en el juego.

En definitiva, Prey nos ha parecido un grandísimo juego, que no se limita a ofrecer una aventura más en el espacio. Arkane Studios ha conseguido crear una ambientación única, que sólo con echarle un vistazo, sabemos de qué juego se trata, haciéndose valer de distintas características de grandes juegos del mercado. Y sin duda alguna, es aquí donde Prey se ha ganado nuestro cariño, además de engancharnos en su historia, y por qué no decirlo, también de su juego psicológico. Sin duda alguna, los aficionados de la ciencia ficción, y del terror espacial deberían hacer hueco en sus estanterías a Prey y viajar a la Talos I, para disfrutar de esta aventura futurista y erradicar… o no, a la raza alienígena de los Tifón, y enfrentarnos a nuestra propia soledad… Aunque ya os adelantamos que: Mejor solos que mal acompañados.

Hemos podido analizar Prey en su versión de PC gracias a una copia que nos ha proporcionado Ziran.

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